En esta doble instalación -pensada y desarrollada específicamente para la sala-, Basualdo aborda la sensación de tiempo suspendido, el intersticio entre algo que fue y lo que hoy es, del cual pareciera imposible desplazarse o salir.
El silencio, el espacio y el tiempo en cautiverio, la imposibilidad de experimentarlo mediante alguna medición. La dificultad de mediarlo simbólicamente.
Este lugar.
Algo que constantemente vuelve.