El palimpsesto de la memoria es indestructible.
Cuando aún no se conocía el papel, en la Antigua Grecia se escribía en cuero de animal, un soporte escaso y costoso. Por eso, en el momento en que el manuscrito perdía vigencia o se lo pretendía censurar, se raspaba su superficie, con el fin de borrarlo y dejarlo listo para un nuevo documento. A estos primeros soportes de la escritura, varias veces reutilizados, se los conocía como palimpsestos, y su particularidad residía en que no podían ocultar del todo las huellas del escrito anterior.
Como un pergamino antiguo, los palimpsestos de Rodrigo Abd superponen diversas capas de fotografías para intentar contar la complejidad de la Guatemala de posguerra. Así, tres imágenes tomadas en distintos momentos y lugares del país centroamericano conforman, en su yuxtaposición, una cuarta fotografía que emerge ahora renovada y atravesada por múltiples significaciones.
Esta técnica, que surgió de forma accidental cuando la x-pan de Abd se quedó sin batería y dejó trabado el negativo, le produjo al autor un efecto estético y lúdico (por lo azaroso) que quiso seguir explorando más allá del incidente. Pero lo decisivo fue entrever la capacidad asombrosa del palimpsesto para relacionar una pluralidad y aparente disparidad de temas que subyacen a cualquier definición de Guatemala. Las fotos entrelazadas dialogan entre sí y proponen agudas observaciones que resultan más eficaces que lo que expresaría una única imagen.
El concepto de palimpsesto lleva intrínseca la noción de tiempo y, por lo tanto, se vincula directamente con la memoria. Las capas más antiguas del recuerdo conviven con la evocación de los acontecimientos más recientes. Y aunque por momentos el presente pareciera querer cubrir tramas pasadas, la memoria finalmente se abre paso para declarar que el olvido no es posible.
Lorena Pahor
Guatemala sufrió un conflicto armado interno que duró 36 años. Se estima que provocó al menos 250 mil víctimas, la mayoría indígenas mayas. Muchas aún están desaparecidas, enterradas en fosas comunes desperdigadas por todo el territorio. En los años 80, los más cruentos de este período, las políticas de tierra arrasada llevadas a cabo por el Ejército dieron lugar al genocidio del pueblo maya.
En 1996 llegaron los Acuerdos de Paz que contemplan consideraciones para solucionar aquellos problemas que habían llevado a la guerra civil. Sin embargo, poco se ha hecho por resarcir un tejido social en descomposición. Guatemala, actualmente, es uno de los países más violentos del mundo (hoy hay más homicidios diarios que en la época del conflicto armado). El país ha visto nacer a las maras, pandillas delictivas formadas por jóvenes que emigraron a los Estados Unidos debido a la guerra interna y que luego fueron deportados. Los índices de pobreza extrema han empeorado respecto del pasado, en medio de una economía hiperconcentrada; la población maya, eminentemente rural, sigue siendo la más afectada y enfrenta a un racismo estructural que la margina de cualquier proceso de inclusión.
Charla abierta con el fotógrafo
Sobre el fotógrafo
RODRIGO ABD nació en Buenos Aires, Argentina, en 1976. Empezó su carrera como fotógrafo en los diarios nacionales La Razón (1999-2000) y La Nación (2000-2003). Luego se radicó en Guatemala para unirse al equipo de fotógrafos de la agencia de noticias internacional The Associated Press (AP), donde estuvo asignado desde 2003 a 2012, con excepción del 2006, cuando ejerció la corresponsalía en Afganistán. Desde 2012 vive y trabaja en Lima, Perú. Sus coberturas periodísticas incluyen diversas problemáticas sociales y políticas en América Latina, como el devenir del posconflicto en Guatemala: la violencia en las calles, las maras y el feminicidio; el golpe de Estado en Honduras en 2009, el terremoto en Haití en 2010; el proceso bolivariano en Venezuela; la búsqueda de los familiares de desaparecidos en el altiplano peruano; la transición de las FARC hacia la paz en Colombia; la fiebre del oro, la conflictividad y el desastre ecológico en la selva del Perú, entre otras. Asimismo, ha retratado historias en Medio Oriente: se "empotró" con tropas estadounidenses en Afganistán, en 2010; fotografió la "Primavera Árabe" en Libia, en 2011, y al año siguiente, la guerra civil en Siria, cobertura que le valió en 2013 el Premio Pulitzer junto a otros cuatro colegas de AP. Ha sido galardonado en prestigiosos concursos de fotografía, como el María Moors Cabot (2016), World Press Photo (2006 y 2013) y Picture of the Year International. Sus imágenes fueron exhibidas en distintas exposiciones internacionales, como Visa Pour l´ Image, en Perpiñán, Francia (2011); el Centro Cultural de España en Antigua Guatemala (2012) y el Centro de Fotografía de Montevideo, Uruguay (2016).