Olvidate del Matadero se adentra en el vínculo de la literatura con la realidad de Misky, “el opa”, arquetipo mítico de la narrativa argentina. Misky el tonto, el hijo de la criada del señor Esteban, del gran Echeverría, el escritor. El célebre. En la casa repleta de libros ha aprendido a leer, el opa. Y lee. Lee sin parar. Todo. Una misteriosa compulsión a la lectura. Irresistible toda letra escrita. Lee. Pero no entiende. Es opa. Lee una tarde sin permiso un cuento del patrón. El Matadero, se llama. Don Esteban, furioso, lo descubre y lo obliga a que olvide lo leído. Esto enciende un conflicto existencial que se multiplica. ¿Se puede olvidar? ¿Cómo se hace? ¿Qué mecanismos hay que poner en marcha? ¿Cuáles son las consecuencias? El Matadero narra sucesos donde Misky ha sido testigo. Y no entiende. Su mirada de esa jornada está en las antípodas de don Esteban. La acción se desarrolla en el año 1840 antes que Echeverría emprenda su exilio a Montevideo, en un momento de máximo poder del gobierno de Rosas, de muchos enfrentamientos y por lo tanto de mucho peligro para quien estuviera en su contra.
Actúa: Pablo Finamore / Produce y Asiste: Adriana Yasky / Dirección: Claudio Martinez Bel / Supervisión dramatúrgica: Mauricio Kartun / Prensa: Daniel Franco / Vestuario: Adriana Estol / Escenografía: Adriana Estol / Iluminación: Agnese Lozupone / Realización escenográfica: Richard Forcada / Redes Sociales: Pablito Lancone / Realización de vestuario: Adriana Estol / Diseño gráfico: Paco Fernández