Las “chicas del chancho y el corpiño” fue un grupo de  jóvenes artistas conformado por Alicia Rodríguez,  Marivé Paredes y  Kikí Roca.  Cordobezas y residentes en la misma ciudad.

Transitaron sus estudios de arte  en la Escuela Superior de Bellas Artes Figuera  Alcorta, siendo luego  Docentes de la misma institución. 

Desde el año 1995 hasta el año 1997  realizaron  diez intervenciones urbanas que fueron apareciendo consecutivamente a lo largo de esos años.

En palabras de ellas: el colectivo surge en parte ante la insatisfacción de un modelo de artista hedonista, encerrado en su taller, en cierta manera distante a la realidad social y política.

 Mientras tanto la vuelta a la democracia después de  años de un gobierno de facto,  auguraba  la promesa de una restauración de la vida ciudadana, la recuperación de la libertad de expresión y establecer las condiciones para una vida con mayor justicia social. Doce años de vida democrática habían transitado. Los altos índices de desocupación y pobreza, las privatizaciones, los despidos masivos, la corrupción del estado, por nombrar algunos hechos, fueron generando un fuerte descontento social.

 En este panorama de situaciones políticas, sociales y culturales impulsa a estas artistas “a tomar la calle”,  con esculturas de gran escala, usando la ironía como disparador y definiendo al destinatario por la ubicación espacial de las mismas.

Las obras que se instalaron consecutivamente fueron: “Chancho alcancía”, “tenedor con ñoqui”, Sillón “Mis Senador”, “El corpiño”, “Los deshechos humanos”, “Chancho Papa Noel”, “San Pocho”, “Muerte de la educación entierro de la cultura”, “El desocupado” y “El excusado”.